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Érase una vez... ¡la cerveza!
El origen de la cerveza se asocia principalmente con los sumerios y la fértil región entre los ríos Éufrates y Tigris. Según la historia, ellos fueron quienes inventaron la cerveza. Esta popular bebida de lúpulo ha defendido su lugar de honor durante siglos, y todo empezó por casualidad.
Según la leyenda, alguien olvidó un recipiente con gachas de cereal frente a su casa. La lluvia entró en el recipiente, el sol brilló y las gachas fermentaron. Otra teoría dice que el pan, junto con el agua y la luz solar, fermentó. Una tercera leyenda atribuye el origen de la cerveza a una masa de pan olvidada en el agua. ¿Qué tienen en común todas estas teorías? En todos los casos hubo alguien valiente que probó la mezcla fermentada y así descubrió los efectos embriagadores de la cerveza. Lo que sucedió después ya te lo puedes imaginar: la mezcla se dejó fermentar intencionadamente y la cerveza evolucionó hasta su forma actual.
La cerveza, o “kas” como la llamaban los sumerios, sigue siendo una bebida conocida y apreciada por muchos pueblos hasta hoy.