Durante muchos años las saunas se han considerado parte de un estilo de vida saludable. Son una excelente forma de eliminar el estrés, mejorar la salud y desintoxicar el organismo; incluso se dice que ayudan a quemar grasa. Cuando las celebridades quieren lucir un vestido espectacular en un evento importante, a menudo recurren a la sauna para eliminar el exceso de agua retenida y con ello bajar algunos números en la báscula. Así la prenda les sienta mucho mejor y pueden presumirla con orgullo.

Hoy en día las saunas están al alcance de casi todo el mundo y existen varias modalidades: sauna seca, sauna finlandesa, sauna de vapor, infrasauna, biosauna y criosauna. Las encontrarás en numerosos centros de bienestar, gimnasios, salones de belleza y complejos de piscinas.

Cada vez más personas disfrutan de la sauna en la comodidad de su hogar. Hoy es sencillo instalar una sauna a medida incluso en un piso. Hay muchas opciones a la venta. Los más manitas pueden construir su propia sauna interior o exterior de madera. Solo hay que añadir la estufa —eléctrica o de leña—, la puerta y algunos accesorios imprescindibles: piedras volcánicas, termómetro, cepillo, reloj de arena, gorro de sauna, etc. ¡Y listo, tendrás tu propio mundo de sauna en casa!

¿Qué ocurre exactamente con tu cuerpo cuando usas la sauna?

Casi todos hemos estado en una sauna al menos una vez: calor intenso, vapor, sudor en lugares impensables. Este último punto es el más importante. Al sudar, tu cuerpo, a través de los poros abiertos, expulsa de forma natural aquello que no necesita. Es decir, el sudor ayuda a eliminar toxinas y otras sustancias nocivas. Como extra, tu piel quedará suave y limpia —algo que agradecerán especialmente las mujeres— y tendrás más éxito en la lucha contra la celulitis.

Eliminar toxinas tan rápido como durante una sesión de sauna es increíblemente beneficioso. Es mucho más rápido que pasar días —o semanas— comiendo solo verdura y otros alimentos depurativos. Por supuesto, no basta con ir a la sauna una vez al año. Para que sea efectivo, hay que acudir con regularidad. Además, es una magnífica experiencia y un estupendo regalo para tu cuerpo.

Como ya hemos mencionado, la sauna también puede ayudarte a perder unos kilos de más. Si no entras en tus pantalones favoritos, no siempre se debe a un mayor porcentaje de grasa: a veces es hinchazón o retención de líquidos. El cuerpo retiene agua cuando, por ejemplo, no bebes lo suficiente. Entonces puedes parecer hinchado y pensar que has ganado peso. Con sesiones regulares de sauna, ayudarás a tu organismo a eliminar el exceso de agua responsable de la hinchazón abdominal.

También es importante hidratarse bien. Al reponer líquidos, tu cuerpo sudará aún más en la sauna y eliminará muchas más sustancias indeseables. Así no solo te sentirás, sino que también te verás más delgado. Deshacerte de agua innecesaria puede ser una buena forma de potenciar los músculos antes de un esfuerzo deportivo intenso.

La sauna beneficia no solo el cuerpo, sino también la mente. ¿Sabías que ayuda a reducir el estrés? Las altas temperaturas liberan endorfinas —las «hormonas de la felicidad»— que alivian el dolor y mejoran el estado de ánimo. Nada como sentarse cómodamente, respirar profundo y disfrutar del silencio que ofrece la sauna. Para mejorar aún más el ambiente, prueba esencias aromáticas.

Otro beneficio es la estimulación de la producción de glóbulos blancos, que combaten enfermedades e infecciones y refuerzan el sistema inmunitario. Si te resfrías a menudo, quizá sea hora de plantearte visitas regulares a la sauna; y, si enfermas, al menos los síntomas durarán menos.

…¡PERO ATENCIÓN!

No vayas a la sauna si estás resfriado, tienes fiebre o sientes que te estás enfermando. Solo esparcirás los gérmenes a quienes compartan la cabina. Si eres asiduo a la sauna, reponer líquidos es esencial; al perder mucha agua sudando, corres riesgo de deshidratación, pero basta con beber con frecuencia para evitarlo.

Tampoco deberías entrar con el estómago vacío ni justo después de una comida copiosa, pues podrías marearte. Deben evitar la sauna quienes sufren hipertensión, problemas cardíacos o respiratorios. Tampoco se recomienda a mujeres embarazadas: aunque el calor suele ser beneficioso, en el embarazo puede tener el efecto contrario y conllevar riesgos para el feto.

Tipos de sauna

  • Sauna seca: cabina de madera calentada con estufa eléctrica o de leña; temperatura aprox. 90 °C; humedad relativa 10–15 %.
  • Sauna finlandesa: cabina de madera con piedras volcánicas; temp. ± 70 °C; humedad variable según el agua vertida sobre las piedras.
  • Baño de vapor: revestimiento cerámico o mosaico; temp. ± 45 °C; humedad cercana al 100 %.
  • Biosauna: cabina de madera con generador de vapor; temp. estable de ± 60 °C; humedad 30–60 %.
  • Infrasauna: interior de madera con radiadores infrarrojos; temp. 45–60 °C.